Señores.. ¡hasta aquí hemos llegado!
Siempre preferimos tener una vida corta pero intensa y esto es lo que hemos tenido.
Cuando inauguramos esta sala de exposiciones, el 7 de octubre del 2009, recién salidas del horno como quien dice, de un Master en Gestión Cultural, no podíamos ni imaginar la frenética dinámica cultural en la que nos íbamos a sumergir, como tampoco la excepcional recepción que nuestra mundana propuesta iba a tener entre los artistas y el público; tampoco la amplia red de colaboración que se iba a generar, ni las sinergias que han tenido lugar durante este tiempo como consecuencia directa de nuestro trabajo y esfuerzo. Y todo esto, nos ha encantado y nos hace sentir satisfechas. Queremos pensar, que hemos aportado nuestro granito de arena a la vida cultural de esta ciudad, que tan bien nos ha acogido, y que algunas de las iniciativas surgidas entre estas paredes, continuarán existiendo tras el cierre definitivo de este espacio.
Los motivos del cierre son, como no podía ser de otra manera, dada la situación que vive el país, principalmente económicos, pero también políticos, ya que la persona que suscribe estas líneas, una “indignada” más, decidió hace unos meses coger su maleta y marcharse con la música a otra parte. Esta decisión casi obligada, ya que en ningún momento tuvimos una pretensión internacional, nos hace sentir en cierto modo, exiliados pero como bien sabe todo el mundo “no hay mal que por bien no venga” y en consecuencia, el siguiente paso que daremos será transformar el proyecto clínico, en cuanto a galería, en una propuesta itinerante y portátil, independizándonos así del propio espacio físico. Seguiremos, por tanto, trabajando en la promoción de los artistas, con el fin de darles una mayor visibilidad y proyección, más allá de las fronteras de la crisis.
Cuando inauguramos esta sala de exposiciones, el 7 de octubre del 2009, recién salidas del horno como quien dice, de un Master en Gestión Cultural, no podíamos ni imaginar la frenética dinámica cultural en la que nos íbamos a sumergir, como tampoco la excepcional recepción que nuestra mundana propuesta iba a tener entre los artistas y el público; tampoco la amplia red de colaboración que se iba a generar, ni las sinergias que han tenido lugar durante este tiempo como consecuencia directa de nuestro trabajo y esfuerzo. Y todo esto, nos ha encantado y nos hace sentir satisfechas. Queremos pensar, que hemos aportado nuestro granito de arena a la vida cultural de esta ciudad, que tan bien nos ha acogido, y que algunas de las iniciativas surgidas entre estas paredes, continuarán existiendo tras el cierre definitivo de este espacio.
Los motivos del cierre son, como no podía ser de otra manera, dada la situación que vive el país, principalmente económicos, pero también políticos, ya que la persona que suscribe estas líneas, una “indignada” más, decidió hace unos meses coger su maleta y marcharse con la música a otra parte. Esta decisión casi obligada, ya que en ningún momento tuvimos una pretensión internacional, nos hace sentir en cierto modo, exiliados pero como bien sabe todo el mundo “no hay mal que por bien no venga” y en consecuencia, el siguiente paso que daremos será transformar el proyecto clínico, en cuanto a galería, en una propuesta itinerante y portátil, independizándonos así del propio espacio físico. Seguiremos, por tanto, trabajando en la promoción de los artistas, con el fin de darles una mayor visibilidad y proyección, más allá de las fronteras de la crisis.
Gracias a todos los que habéis colaborado con esta Asociación Cultural, a todos los artistas que habéis participado en las exposiciones, ciclos sonoros, ciclos de vídeo arte y ciclos de arte de acción. Al público por implicarse y acercarse hasta la plaza del Ángel, al vecindario por acogernos de buen grado... y a los vampiros también, por hacernos sentir tan deseables. A todos, gracias.
Itziar Markijana
Cartelazo: Martín López Lam