La etimología de la palabra "histeria" proviene del griego y hace referencia a una enfermedad del útero y, por lo tanto, propia de la mujer, que causa trastorno en el comportamiento psicológico. Y así a lo largo de la historia, hasta su máximo apogeo en el s. XIX, con investigaciones ampliamente documentadas, como las llevadas a cabo por el francés Jean-Martin Charcot, y el extendido uso del vibrador en las consultas médicas y balnearios de la época, se adjudicó la categoría de enfermedad al apetito sexual femenino, al deseo y la libido, en términos actuales.
La sexualidad femenina no se podía entender desligada de una función simplemente reproductora y hasta hace bien poco, se admiraba a la mujer "desapasionada" censurándose así categóricamente, la búsqueda del placer físico femenino, como una especie de ablación moral que, aun en nuestros días, se percibe como un fantasma proveniente de la moralidad cristiana heredada y en la actualidad, se tiene la certeza de que continúan existiendo muchas trabas en esta conquista del propio cuerpo y en consecuencia, en la propia construcción de la identidad.
El título por tanto de esta exposición no es baladí... y hace referencia a la temática, no sólo de la serie de óleos y dibujos que Manuela Torres nos trae hoy, sino de su trabajo de investigación en torno a los procesos contemporáneos de construcción de los géneros y la sexualidad. En donde desarrolla una crítica de los límites entre lo normal y lo patológico, utilizando para ello, un lenguaje que conjuga referentes que van desde el manga, la publicidad o el postporno, con una técnica estilísticamente formal, como si de un realismo subjetivo y pervertido, entiéndase en clave irónica, se tratase.
Más información sobre la artista en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario